La Palabra de Dios nos proporciona diariamente el alimento espiritual que necesitamos. En nuestro tiempo de ‘Alimento para el Alma’ hablamos de Proverbios 24:1-2: «No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos; porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios.»